Cómo decorar tu hogar para Halloween
Llega el mes de octubre y, con él, una fecha marcada en el calendario: Halloween, la noche del miedo. Si bien es una tradición que nos viene de fuera, lo cierto es que cada vez más gente la disfruta y celebra por las calles, luciendo elaborados disfraces, y en su casa. Hoy te contamos cómo decorar tu hogar para Halloween y el significado de sus elementos más característicos.
Y es que si quieres conseguir una auténtica decoración de Halloween, hay algunos elementos imprescindibles que no pueden faltar.
Uno de ellos son las calabazas. Más allá de ser un elemento decorativo, es símbolo de protección, ya que antiguamente se usaba para ahuyentar a los malos espíritus y proteger el hogar. Hoy en día ya puedes comprar calabazas preparadas para decorar o atreverte a tallar las tuyas propias, algo que, además, os servirá como juego en familia.
Un complemento ideal, y también terrorífico, son las velas y luces tenues. Aportan un ambiente misterioso pero al mismo tiempo acogedor. Y su uso tiene su por qué. Según la tradición celta, Halloween marcaba el fin de la cosecha y el comienzo del invierno, temporada en la que los días son más cortos y por tanto más oscuros. Estas velas eran la guía y la esperanza en tiempos oscuros.
Quizás te da algo de reparo… pero en toda decoración de Halloween debe haber telarañas y murciélagos, que simbolizan lo oculto, el miedo a lo desconocido… Estos elementos decorativos se suelen colocar en esquinas, ventanas, columnas…

¿Hay algo más terrorífico que los esqueletos o calaveras? Simbolizan la vida y la muerte, una reflexión sobre la mortalidad.
Además, puedes complementar tu decoración con hojas secas, ramas, piñas… elementos que representan el cambio de estación, aportan calidez y nos conectan con la naturaleza y su ciclo de vida, muerte y renacimiento.
Y si quieres involucrar tus textiles o incluso tus vajillas, recuerda que los colores oscuros y los naranjas son los colores tradicionales de esta celebración. El negro representa la oscuridad y lo desconocido, y el naranja la cosecha, el fuego y la vitalidad. Estos dos colores juntos crean un ambiente que represente el equilibrio entre luz y oscuridad, entre vida y muerte.