En busca de la taza perfecta
Ah no… no todas las tazas son iguales.
No en todas saboreamos igual el café, ni todas se adaptan igual cuando abrazamos el té entre nuestras manos. Hay tazas de mañanas, tazas idóneas para las tardes y tazas de fin de semana. Inconscientemente elegimos detalles que convierten una taza en la taza adecuada. ¿Pero cuáles son?
Analizamos con Vicky Carrillo los atributos que pueden ayudarnos a encontrar la taza perfecta:
Rodearla y sentirla como algo más que un recipiente, «abrazar la taza». Bebemos con los ojos, percibimos cualquier detalle estético mucho antes de probar nada. Podemos incluso rechazar algo si su presentación no es atractiva. Banalizar una taza es despreciar lo que nos vamos a tomar. La belleza es importante, también la proporción, las dimensiones y las calidades. Apreciar todas las propiedades de una taza nos haga seguramente disfrutar mucho más cuando vayamos a hacer uso de ella. Cualquier diseño de Bernardaud, por ejemplo, hace que tomar un café sea una experiencia inolvidable.
Que nos acompañe en el movimiento. Aquí entra en juego el concepto de “diseño” y de “origen”. Detrás de cada taza hay alguien que ha pensado detenidamente en sus detalles, innovando en el diseño sin olvidar sus cualidades más básicas. Quizá no descubramos de inmediato una buena taza pero seguro que identificamos lo que es una “mala taza” y es sencillamente porque no está bien pensada, porque no cumple sus funciones con armonía. En definitiva porque interrumpe su misión más primaria al tener que recolocarla, dejarla, o sentirla incómoda. Detrás de cada colección de Vista Alegre, por ejemplo, encontramos siempre la seguridad de una buena ejecución combinada con el diseño más sorprendente.
Que no pese demasiado. El peso de una taza es un aspecto fundamental para que nos resulte apetecible. Ligera pero consistente, el contenido sabe mucho mejor si el continente está a la altura. Para un buen café de desayuno, por ejemplo, elegimos la taza New Wave de Villeroy & Boch, una taza que no nos importa elevar una y otra vez y nos hace saborear un desayuno único.
No sabe igual en loza que en porcelana. ¡Y es verdad!. No es que seamos detractoras de una u otra pero sí queremos recordar que el material es muy importante en nuestra forma de saborear las cosas. Dicho esto, disfrutamos igual en una taza de loza de la colección fantasía de Bordalho Pinheiro que en una de la tradicional porcelana Royal Stafford.
Depende del estado de ánimo. Y de nuevo hablamos de diseño, de estética y de personalidad. Porque no todos los días necesitamos la misma energía, a veces queremos dejarnos sorprender por formas nuevas, inspirarnos en otras culturas o por el contrario sentirnos más tradicionales. Adelante, la mejor elección es la tuya, pero no olvides acompañarla siempre de una buena dosis de calidad, diseño y creatividad.
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